Esta es una publicación traducida por IA.
El estado de las principales empresas alimentarias que lideran el mercado mundial de alimentos y las medidas para afrontar la crisis alimentaria
- Idioma de escritura: Coreano
- •
- País de referencia: Japón
- •
- Economía
Seleccionar idioma
Texto resumido por la IA durumis
- Las empresas alimentarias líderes que controlan el suministro mundial de alimentos dominan todo el proceso, desde la producción de cereales hasta el procesamiento y la venta, ejerciendo una poderosa influencia, especialmente en Estados Unidos.
- Las empresas alimentarias han logrado el monopolio del mercado gracias al apoyo de los gobiernos de los principales países productores, pero en caso de crisis alimentaria, pueden restringir las exportaciones priorizando sus intereses nacionales, lo que podría colapsar la cadena de suministro mundial de alimentos.
- Por lo tanto, es crucial que cada país aumente su autosuficiencia alimentaria y utilice el comercio como un medio auxiliar para proteger su soberanía alimentaria. Al 30 de mayo de 2024, la crisis alimentaria es una situación grave en todo el mundo.
Existe un grupo de empresas multinacionales que se denominan "majors alimentarias", las cuales tienen una gran influencia en el suministro de alimentos a nivel mundial. Empresas como Cargill, ADM, Louis Dreyfus, Bunge y Nestlé, entre otras, compran, procesan, almacenan y venden productos agrícolas como trigo, arroz, maíz y soja producidos en las principales zonas de cultivo del mundo. Además, también se dedican al desarrollo de semillas, la investigación de cultivos transgénicos, y al desarrollo de fertilizantes y pesticidas. En esencia, actúan como comerciantes de alimentos, empresas de biotecnología y empresas de procesamiento de alimentos al mismo tiempo.
Estas majors alimentarias, concentradas principalmente en los Estados Unidos, el mayor exportador mundial de cereales, poseen el 68% de las instalaciones de almacenamiento de cereales del país y controlan el 30% de las existencias totales de cereales de los Estados Unidos a finales de 2022. Tienen una influencia considerable, ya que poseen elevadores, instalaciones portuarias de exportación y barcos dedicados en todo el mundo, lo que les permite controlar la distribución global de alimentos.
Estas majors alimentarias han podido alcanzar un poder sin precedentes gracias a la connivencia y la protección de los gobiernos de los principales países productores, lo que les ha permitido monopolizar los mercados agrícolas de sus países. Sin embargo, en caso de una crisis alimentaria mundial, estas empresas priorizan los intereses nacionales y limitan las exportaciones, lo que lleva al colapso de la cadena de suministro de alimentos a nivel internacional. Esto fue precisamente lo que sucedió durante la pandemia de COVID-19 y la guerra entre Rusia y Ucrania, que provocaron un fuerte aumento de los precios de los alimentos y el colapso de la cadena de suministro a nivel mundial.
Países como Corea del Sur, que dependen de las importaciones para cubrir sus necesidades de alimentos, se encuentran en una situación vulnerable, a merced de las majors alimentarias. También corren el riesgo de que países con mayores recursos financieros, como China e India, les arrebaten las oportunidades de asegurar el suministro de alimentos. Para evitar esta situación, la mejor solución es recuperar la soberanía alimentaria. Todos los países deberían lograr un nivel mínimo de autosuficiencia alimentaria, utilizando el comercio como un medio complementario.
Sin embargo, en la práctica, el libre comercio de productos agrícolas es difícil de lograr. Cuando dos países que producen un determinado producto agrícola comercian entre sí, uno de los dos países puede verse obligado a dejar de producir dentro de su territorio debido a la competencia de las importaciones, lo que lleva a la desaparición del producto agrícola en cuestión. Además, en una situación en la que la producción alimentaria mundial es insuficiente, si un país importa productos a un precio que no le permite proteger a sus agricultores nacionales, los países con menor capacidad de importación se verán privados de los recursos necesarios para comprar alimentos y acabarán sufriendo hambre.
Por lo tanto, para que el comercio de productos agrícolas sea verdaderamente beneficioso para ambas partes, primero es necesario asegurar una producción alimentaria que satisfaga la demanda de todos los países del mundo. Además, los países importadores deberían poder adquirir productos a un precio que les permita mantener su propia agricultura, sin que los países productores manipulen los precios. Sin embargo, estas condiciones son casi imposibles de cumplir en la realidad.
En consecuencia, es una decisión sabia que cada país aumente al máximo su autosuficiencia alimentaria y utilice el comercio únicamente como un medio complementario. Para evitar una grave crisis alimentaria mundial, todos los países deben proteger su soberanía alimentaria al menos en el mínimo.