Esta es una publicación traducida por IA.
Intervención del mercado cambiario del gobierno japonés para contrarrestar la rápida fluctuación del yen
- Idioma de escritura: Coreano
- •
- País de referencia: Japón
- •
- Economía
Seleccionar idioma
Texto resumido por la IA durumis
- Debido a la caída del valor del yen, el gobierno japonés ha realizado intervenciones cambiarias a gran escala desde principios de este año, y ha realizado la mayor intervención en 24 años, por un total de 6,3 billones de yenes.
- Sin embargo, a pesar de la intervención, el tipo de cambio ha vuelto a subir y los expertos señalan que es más importante desarrollar medidas estructurales y normalizar la política monetaria para eliminar la brecha de valor de las monedas mundiales que la intervención.
- El gobierno japonés es sensible a las fluctuaciones del tipo de cambio debido a que las empresas exportadoras tienen un peso importante y su estructura comercial depende de las importaciones de energía y materias primas, por lo que es probable que intervenga de forma activa en el futuro si es necesario.
Recientemente, la fluctuación abrupta del yen ha tenido un impacto negativo en la economía japonesa. Como resultado, el gobierno japonés y el Banco de Japón han estado interviniendo en el mercado cambiario en un esfuerzo por estabilizar el tipo de cambio.
En septiembre de 2022, el yen se depreció abruptamente debido a la fortaleza del dólar, lo que llevó al gobierno y al Banco de Japón a intervenir en el mercado, vendiendo dólares y comprando yenes por un valor de 2,8 billones de yenes. Sin embargo, la depreciación del yen continuó, y en octubre, el tipo de cambio yen/dólar alcanzó un máximo histórico de 150 yenes.
En respuesta, el gobierno realizó intervenciones adicionales en el tipo de cambio el 21 y el 24 de octubre. Según el Ministerio de Finanzas, el tamaño de la intervención esta vez fue de alrededor de 6,3 billones de yenes. Esta fue la mayor intervención en el mercado cambiario en 24 años.
La razón de esta intervención a gran escala es que la fuerte caída del valor del yen está socavando la competitividad exportadora de las empresas japonesas y conduciendo a un aumento de los precios, lo que ejerce una fuerte presión sobre la economía doméstica. En particular, la depreciación del yen, que continuó hasta finales del año pasado, planteó serias preocupaciones sobre la posibilidad de anular los esfuerzos del gobierno para estabilizar los precios y los efectos del aumento de los salarios en las empresas.
La intervención en el tipo de cambio se lleva a cabo con el Banco de Japón actuando como agente bajo la dirección del Ministro de Finanzas. El Banco de Japón vende dólares del Fondo Especial para el Tipo de Cambio en el mercado y compra yenes a cambio.
Sin embargo, cada vez que se ha intervenido, el mercado cambiario ha vuelto a caer, lo que ha provocado críticas sobre la efectividad a corto plazo de las intervenciones del gobierno. De hecho, incluso después de la intervención de octubre pasado, el tipo de cambio se mantuvo alrededor de 135 yenes, pero volvió a subir a 140 yenes en marzo de este año. Algunos creen que la diferencia en las políticas monetarias entre Estados Unidos y Japón es la causa fundamental, por lo que es necesaria una respuesta más fundamental, como un aumento de las tasas de interés.
Por otro lado, el gobierno japonés es sensible al tipo de cambio yen/dólar debido a la gran proporción de las grandes empresas exportadoras y a su estructura comercial, que depende en gran medida de las importaciones de energía y materias primas. Toyota Motor, una de las principales empresas exportadoras, anunció que sufrió una pérdida cambiaria de 1,7 billones de yenes debido a la depreciación del yen el año pasado.
Se espera que el gobierno y el Banco de Japón consideren intervenciones más activas en el futuro para evitar que las fluctuaciones excesivas del yen tengan un impacto negativo en la economía japonesa. Sin embargo, los expertos aconsejan que, en lugar de intervenir, es importante reducir la brecha en los valores de las monedas globales mediante el desarrollo de medidas estructurales y la normalización de la política monetaria.