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La industria de vehículos eléctricos de Japón está rezagada, las razones por las que el mundo avanza
- Idioma de escritura: Coreano
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- País de referencia: Japón
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Texto resumido por la IA durumis
- El mercado global de vehículos eléctricos (EV) creció rápidamente en 2021, pero la industria automotriz japonesa se quedó atrás en el desarrollo de tecnología EV.
- Japón tiene dificultades para construir una cadena de suministro de componentes necesarios para la producción de EV y enfrenta el riesgo de ser objeto de un impuesto fronterizo al carbono.
- El gobierno y la industria japoneses deben abordar la industria de los vehículos eléctricos como una estrategia industrial nacional y aprovechar estratégicamente las oportunidades.
El mercado de vehículos eléctricos (EV) está creciendo rápidamente en todo el mundo para lograr la neutralidad de carbono. Sin embargo, la industria automotriz japonesa se está quedando atrás en este mercado, lo que está provocando una creciente sensación de crisis. Se están escuchando críticas de que el gobierno y la industria deben unirse para encontrar una solución.
En 2021, las ventas globales de EV alcanzaron aproximadamente 6,6 millones de unidades, triplicando las cifras de 2019. Solo en China, se vendieron más de 3,5 millones de vehículos de nueva energía, incluidos los EV y los híbridos enchufables, y se espera que las ventas alcancen los 5 millones en 2022. Para seguir esta tendencia, Toyota Motor también se ha fijado un objetivo de ventas de EV de 3,5 millones para 2030.
Por otro lado, los envíos de EV de las empresas japonesas en 2022 solo llegaron a las 120.000 unidades. Tesla, que actualmente lidera el mercado mundial de EV, opera grandes fábricas en Estados Unidos, China y Europa, y BYD de China también ha surgido como el tercer fabricante mundial de EV. Además, las empresas europeas, como Alemania, han comenzado la producción en masa de EV en línea con su política de eliminación del diésel. Japón se está quedando atrás en el mercado de EV.
Hay varias razones por las que la industria automotriz japonesa se ha quedado atrás en el mercado de EV. En primer lugar, los fabricantes japoneses, orgullosos de sus tecnologías de motores de combustión interna e híbridos, descuidaron el desarrollo de la tecnología EV. También es posible que hayan dudado en producir en masa EV debido al alto costo y el largo plazo necesario para lograr la rentabilidad. Sin embargo, el inicio del desarrollo de EV no fue tan tardío. En 2009, Mitsubishi lanzó el i-MiEV, y las empresas japonesas lanzaron EV a principios de la década de 2010. El problema fue que no hicieron la transición a un sistema de producción en masa completo.
Probablemente fue difícil ampliar el negocio a los EV al mismo tiempo que se mantenían las instalaciones de producción de vehículos de combustión interna, que eran una fuente de ingresos. El entorno del mercado nacional tampoco fue favorable para acelerar la comercialización de los EV. En Japón, la escasez de infraestructura de carga de EV, las preocupaciones sobre la seguridad de las baterías de iones de litio, la carga de los costos de las baterías y la dependencia del extranjero de materiales clave como las tierras raras, etc., aún estaban en funcionamiento en la década de 2010. A esto se suma la posibilidad de que se hayan subestimado los cambios en el mercado debido a la dificultad para obtener información del mercado extranjero durante la pandemia de COVID-19.
Detrás de esta respuesta inadecuada de la industria automotriz japonesa, también se encuentra el problema real de que la estructura vertical integrada de la producción de automóviles genera altos costos para construir una cadena de suministro de componentes para vehículos eléctricos. Esto se debe a que las empresas de componentes tienen diferentes circunstancias, por lo que es difícil determinar con precisión dónde se encuentra el punto de inflexión del futuro.
Sin embargo, la industria automotriz japonesa debe tomar medidas ahora. Los EV tienen muchas menos piezas que los vehículos de combustión interna. Muchas empresas de componentes se quedarán atrás en la era de los EV, lo que inevitablemente provocará problemas de empleo. Además, si los componentes o vehículos EV producidos en el país se fabrican con energía de carbón, podrían estar sujetos a un impuesto fronterizo al carbono que está implementando Europa. La dependencia del extranjero en la tecnología de base para componentes esenciales como las baterías y los acumuladores también es grave. Es el momento de que el gobierno japonés y la industria unan fuerzas para construir un ecosistema EV nacional.
Recientemente, también se ha criticado que las empresas japonesas se están quedando atrás en el área de "CASE", que se refiere a la transformación de la movilidad, incluidos la conducción autónoma, la conectividad, el uso compartido de vehículos y los vehículos eléctricos. En esta situación, la industria de los EV también puede ser una gran oportunidad para la economía japonesa, por lo que se está volviendo convincente la afirmación de que se debe establecer una visión general desde la perspectiva de la estrategia industrial nacional. Esto significa que Japón, que se ha quedado atrás en el mercado de EV, debe aprovechar estratégicamente esta oportunidad.