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Sentencias repetidas sobre el problema de los trabajadores forzosos: la comprensión histórica y un puente hacia el futuro
- Idioma de escritura: Japonés
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País de referencia: Japón
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- Economía
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El 22 de noviembre de 2023, el Tribunal del Distrito de Gwangju (Corea del Sur) ordenó a Kawasaki Heavy Industries el pago de una indemnización de aproximadamente 15,38 millones de wones (alrededor de 1,76 millones de yenes) en una demanda presentada por los familiares de un antiguo trabajador forzado que fue movilizado y obligado a trabajar en la península de Corea durante el período colonial japonés. En demandas similares, el Tribunal Supremo de Corea ha dictado varias sentencias condenatorias contra empresas japonesas, por lo que se prevé que los tribunales inferiores dicten sentencias similares en el futuro.
Esta sentencia no se limita a cuestionar la responsabilidad de una sola empresa, sino que pone de manifiesto, una vez más, el mayor problema de las diferencias en la comprensión histórica entre Japón y Corea del Sur, y la construcción de relaciones futuras.
El antiguo trabajador forzado en cuestión era un hombre que en su época tenía menos de 20 años y que supuestamente trabajó durante unos seis meses en una fábrica de Kobe en 1945. A pesar de regresar a Corea del Sur después de la guerra, no recibió su salario y falleció en 2015. Sus familiares presentaron una demanda en 2020. El Tribunal del Distrito de Gwangju ordenó a Kawasaki Heavy Industries el pago de aproximadamente 1,76 millones de yenes. Esta sentencia es el último ejemplo de una serie de demandas de antiguos trabajadores forzados, y se espera que se produzcan más sentencias similares en el futuro.
Además, el 27 de noviembre de 2023, el Tribunal del Distrito de Gwangju dictó una sentencia en una demanda en la que los familiares de antiguos trabajadores forzados solicitaron una indemnización a Mitsubishi Materials, ordenando el pago de aproximadamente 490 millones de wones (aproximadamente 53 millones de yenes) a seis demandantes. Los demandantes alegaron que los antiguos trabajadores forzados fueron obligados a trabajar en minas de carbón en la prefectura de Fukuoka durante la guerra. El Tribunal del Distrito de Gwangju desestimó las demandas de 3 de los 9 demandantes, pero reconoció la indemnización a los 6 restantes.
Estas sentencias se enmarcan en la serie de casos relacionados con el llamado "problema de los trabajadores forzados", que comenzó cuando el Tribunal Supremo de Corea confirmó en 2018 una sentencia que condenaba a Nippon Steel & Sumitomo Metal (actual Nippon Steel) y Mitsubishi Heavy Industries a pagar una indemnización. El Tribunal Supremo de Corea reconoció la responsabilidad ilícita de las empresas japonesas y ordenó el pago de una indemnización a las víctimas. Desde entonces, se han presentado en Corea del Sur numerosas demandas similares, con sentencias condenatorias contra empresas japonesas.
Por otro lado, el gobierno japonés mantiene su postura de que este problema se resolvió "de manera completa y final" con el Acuerdo sobre Reclamaciones entre Japón y la República de Corea de 1965. En dicho acuerdo, Japón proporcionó a Corea del Sur 300 millones de dólares en ayuda financiera no reembolsable y 200 millones de dólares en ayuda financiera reembolsable, con lo que se resolvieron "de manera completa y final" los problemas relacionados con las reclamaciones entre ambos países y sus ciudadanos. El gobierno japonés sostiene que, en virtud de este acuerdo, los derechos de reclamación individuales han desaparecido.
Sin embargo, existe una gran discrepancia entre Japón y Corea del Sur en cuanto a la interpretación de la frase "de manera completa y final". El profesor asociado Kentaro Wain, de la Universidad de Osaka, afirma que la interpretación del gobierno japonés es la más natural en cuanto a la interpretación del Acuerdo sobre Reclamaciones entre Japón y la República de Corea, pero que la interpretación del Tribunal Supremo de Corea no es del todo imposible, y que no se puede afirmar simplemente que sea una "decisión inaceptable a la luz del derecho internacional".
La observación del profesor asociado Wain sugiere que la interpretación del Acuerdo sobre Reclamaciones entre Japón y la República de Corea no es simplemente una cuestión de tecnicismos legales, sino que está profundamente ligada a la comprensión histórica. El Tribunal Supremo de Corea, partiendo de la ilegalidad del dominio colonial japonés, dictaminó que el derecho de los antiguos trabajadores forzados a reclamar una indemnización no estaba incluido en el Acuerdo sobre Reclamaciones entre Japón y la República de Corea. Por el contrario, el gobierno japonés no reconoce la ilegalidad del dominio colonial, y esta es la diferencia fundamental entre ambas posturas.
Actualmente, el gobierno surcoreano anunció en marzo de 2023 una solución al problema de las demandas de los antiguos trabajadores forzados, según la cual una fundación bajo el paraguas del gobierno pagará la cantidad equivalente a la indemnización de las empresas japonesas a los demandantes contra quienes se haya dictado una sentencia definitiva de indemnización por el Tribunal Supremo. Sin embargo, se dice que hay al menos 60 demandas de antiguos trabajadores forzados pendientes, por lo que el problema no se ha resuelto completamente. Además, el 28 de noviembre de 2023, el Tribunal del Distrito Central de Seúl dictó sentencia en dos demandas en las que antiguos trabajadores forzados surcoreanos y sus familiares solicitaron una indemnización al gobierno surcoreano, desestimando ambas demandas y condenando a los demandantes. El tribunal, basándose en los precedentes del Tribunal Supremo, dictaminó que las empresas japonesas debían indemnizar a los antiguos trabajadores forzados y no reconoció la responsabilidad de indemnización del gobierno. Esta es la primera sentencia en una demanda relacionada contra el gobierno surcoreano, y se espera con interés la evolución de la situación.
El enfrentamiento entre Japón y Corea del Sur en torno al problema de los antiguos trabajadores forzados no es simplemente una cuestión de liquidación del pasado, sino que también está afectando a las relaciones entre ambos países en el presente y en el futuro. Ambos países deben continuar manteniendo un diálogo y un esfuerzo constantes para construir una relación orientada al futuro, reconociendo al mismo tiempo las diferencias en la comprensión histórica. En este sentido, se requiere una actitud sincera que tenga en cuenta no solo los aspectos jurídicos, sino también los sentimientos de las víctimas y los hechos históricos.
El deterioro de las relaciones entre Japón y Corea del Sur es un gran inconveniente no sólo para ambos países, sino también para la estabilidad de la región del noreste de Asia. Para que las generaciones más jóvenes, el futuro de la región, puedan construir un futuro juntos sin verse afectadas por la historia, es esencial buscar una solución que sirva de puente hacia el futuro, mientras se contempla la historia del pasado.
La sentencia del Tribunal del Distrito de Gwangju tiene el potencial de ser un nuevo paso en este sentido. Puede ser más que el simple pago de una indemnización, y puede ser el comienzo de un camino hacia la curación de las heridas históricas y hacia una verdadera reconciliación. Para ello, los gobiernos, las empresas y la sociedad civil de Japón y Corea del Sur deben abordar este problema con seriedad desde sus respectivos puntos de vista y continuar sus esfuerzos para encontrar una solución.