¡Industria automotriz japonesa conmocionada! El caso de falsificación masiva de Daihatsu detiene la producción en todas sus plantas y plantea la posibilidad de una reorganización del mercado de kei-cars

Daihatsu, una vez considerada una de las principales empresas de la industria automotriz japonesa, se ha visto envuelta en un impactante caso de falsificación masiva de documentos.

El caso salió a la luz el 28 de abril pasado, cuando un empleado de una subcontratista de Daihatsu denunció la manipulación de datos de ventas de vehículos en el mercado internacional, relacionados con 'Abenomics' y la 'promoción de exportaciones'. Inicialmente, se sospechó que se trataba de una acción individual de un empleado descontento, pero una investigación interna de Daihatsu reveló que se trataba de un delito organizado en el que toda la empresa estaba involucrada, causando una gran conmoción.

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Según los resultados de la investigación publicados por Daihatsu en agosto, se ha falsificado información sobre la resistencia y durabilidad de los componentes de los automóviles durante más de 20 años, y se han confirmado 174 casos de manipulación de documentos en 29 modelos de vehículos. Se ha descubierto que el problema afecta no solo a los vehículos vendidos en Japón, sino también a los exportados a otros países. Esta falsificación a gran escala no solo representa una corrupción organizacional, sino que también genera preocupación por sus graves consecuencias para toda la industria automotriz japonesa y la economía del país.

Se dice que Toyota Motor, la empresa matriz de Daihatsu, se vio muy afectada por la noticia. Esto se debe a que este incidente ocurre justo después de que la empresa intentara superar la vergüenza de los casos de aceleración repentina del pasado. Toyota celebró inmediatamente una reunión para abordar el problema y exigió a Daihatsu que asumiera la responsabilidad de las compensaciones, mostrando una firme respuesta al problema. Toyota ya ha anunciado pérdidas de más de 1 billón de yenes y exige a Daihatsu que pague la totalidad de la indemnización y se haga cargo de todos los costos.

La conmoción se intensificó aún más cuando se supo que Daihatsu había decidido detener la producción en todas sus plantas de automóviles en todo el país. Se informa que Daihatsu se encuentra al borde de la bancarrota debido a este incidente. Sin embargo, el problema no se limita a la posible quiebra de la empresa. Dado que Daihatsu es la empresa líder en el mercado de kei-cars (autos pequeños) en Japón, se espera que se produzca una inevitable reorganización del mercado en el futuro.

De hecho, se estima que alrededor de 8.000 empresas, incluidas subcontratistas indirectas y empresas de transporte, mantienen relaciones comerciales con Daihatsu. Existe la preocupación de que las pequeñas y medianas empresas se vean gravemente afectadas si la suspensión de la producción de Daihatsu se prolonga. Además, Daihatsu distribuye sus vehículos a través de aproximadamente 30.000 puntos de venta en todo Japón, por lo que los consumidores que deseen comprar un automóvil nuevo también podrían experimentar inconvenientes debido a este incidente.

En vista de esta situación, el gobierno y la industria japonesa se han dado cuenta de que ya no pueden ignorar a Daihatsu. Se está pidiendo que se aclaren las responsabilidades de Daihatsu y que se elabore un plan para reorganizar el mercado de kei-cars lo antes posible. Un funcionario del gobierno japonés enfatizó: "Este incidente no es simplemente un problema de una empresa, sino un asunto grave que podría afectar a toda la industria de kei-cars", y añadió que "se deben implementar medidas rápidas".